Tan actual es su pensamiento, que sus tres pilares fundamentales: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, son la bases a demoler de quienes desde una travestida ideología de libertad intentan retrotraer a la Argentina a un estado pre – peronista. Es decir conservador, oligárquico y basado en el fraude de sentido que promueven a diario y en todos los formatos las corporaciones mediáticas, utilizadas como virtuales tanques conceptuales de un hipercapitalismo de corte extractivista y prebendario. Estos principios concebidos para transformar a Argentina en una nación más justa y equitativa, son confrontados hoy por quienes desde la legitimidad de origen que dan los votos y en ejercicio del gobierno nacional, declaran que la Justicia Social, su principal pilar, como una aberración y una estafa.
Por eso podemos hacer largas semblanzas sobre Juan Perón, pero nada tiene sentido sino contrastamos con claridad que significa en el siglo XXI seguir defendiendo su legado. Sobretodo si sus verdaderos destinatarios, los pobres, los trabajadores, los estudiantes, los emprendedores, no son quienes vuelvan a izar esas banderas.
Hoy cada vez menos sus principios doctrinarios que fueron leyes, impactan sobre las mayorías populares. Millones de argentinos de las ultimas generaciones no son capaces de reconocer en sus derechos gozados y hoy a puntos de perder, la autoría política de Perón. Los gobiernos que en su nombre gobernaron tampoco tuvieron la lucidez y la practicidad de enseñar a proteger aquellas medidas, que basadas en su historia, les garantizaron derechos permanentes y también los de tercera generación.
Cincuenta años después de su muerte, el legado de Perón sigue siendo una fuerza poderosa en la política argentina. El Partido Justicialista, fundado por Perón, que debe decirse, nunca presidio, atraviesa la crisis propia de su incapacidad para comprender los cambios. Por eso para Perón el movimiento con sus ramas y su columna vertebral: Los trabajadores organizados, constituían y lo siguen haciendo, el único camino para recrear la tradición transformadora que le imprimió su creador. Los ideales peronistas, como la justicia social y la soberanía económica, continúan siendo mas que nunca, puntos de referencia en el debate político actual.El Hombre del Destino
Perón no solo dejó un legado político; también se convirtió en un símbolo de esperanza y transformación para muchos argentinos. Su figura sigue siendo venerada por aquellos que ven en él al líder que luchó por los derechos de los trabajadores y la dignidad de los desfavorecidos.
Al conmemorar los 50 años de su muerte, Argentina recuerda no solo a un líder, sino al hombre del destino que cambió para siempre el curso de su historia.
Las ideas de Perón sobre la autodeterminación y la integración regional, plasmada en el concepto de Tercera Posición, influyeron en las políticas de sus sucesores, quienes continuaron promoviendo la unidad latinoamericana y la resistencia a la intervención extranjera.
Es interesante a la luz de estas ideas observar la actual política exterior del gobierno de Milei que abandona esta tradición y se zambulle en una obscena alineación con EE.UU e Israel como tabla de salvación para reconstruir una economía basada en el extractivismo indiscriminado de los recursos naturales no renovables, como el oro, el litio y el petroleo.
Por eso “la hora de los pueblos” aún está por llegar, y depende de reconstruir un movimiento nacional para hacerla realidad.
«La Comunidad des – organizada» de Milei
La idea de «Comunidad Organizada» basado en el discurso presentado durante el Primer Congreso Nacional de Filosofía en 1949, encapsula su visión de una sociedad ideal y sus principios fundamentales para la organización social y política de Argentina.
«La Comunidad Organizada» se presentó en un momento en el que Argentina estaba experimentando profundos cambios bajo la dirección de Perón. Su gobierno había iniciado una serie de reformas sociales y económicas destinadas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y fortalecer la soberanía nacional. En este contexto, Perón buscaba ofrecer una guía filosófica y moral para la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
Sostiene que una sociedad justa debe garantizar los derechos y el bienestar de todos sus miembros, especialmente de los más desfavorecidos. La justicia social no es solo una meta política, sino una necesidad moral para alcanzar la paz y la armonía social.
La participación no debe limitarse a la esfera política, sino extenderse a todas las áreas de la vida social y económica. Esta integración garantiza que las decisiones reflejen las verdaderas necesidades y aspiraciones del pueblo.
El Estado, hoy concebido por el actual presidente Milei como una organización criminal (cic), debe ser según Perón un instrumento al servicio de la comunidad, trabajando para promover el bienestar común y no los intereses de unos pocos. Esto requiere un gobierno que actúe con transparencia, eficacia y en respuesta a las demandas de la población. El Estado debe ser el garante de la justicia social y la equidad.
A pesar de haber sido escrita hace más de siete décadas, «La Comunidad Organizada» sigue siendo relevante en el pensamiento político contemporáneo. Sus ideas sobre la justicia social, la solidaridad y la soberanía económica resuenan en un mundo que aún enfrenta desigualdades y desafíos en la construcción de sociedades justas y equitativas. El planteo de Perón ofrece una visión de esperanza y por lo tanto de futuro, un modelo para aquellos que buscan transformar sus comunidades y naciones.Perón y su Mensaje a la Juventud
Juan Domingo Perón dejó un legado perdurable para las futuras generaciones. Su mensaje a la juventud del nuevo milenio es un llamado a la acción, a la responsabilidad y a la construcción de un futuro más justo y equitativo. Aunque Perón no vivió para ver el siglo XXI, sus enseñanzas y principios continúan siendo relevantes y aplicables en la actualidad. Para la juventud del nuevo milenio, este mensaje implica luchar contra la desigualdad, promover los derechos humanos y trabajar por un sistema donde todos tengan las mismas oportunidades.
Perón creía firmemente en la participación activa en la vida política. Animaba a los jóvenes a involucrarse, a ser críticos y a trabajar por el bien común. La juventud tiene el poder de influir y cambiar el rumbo de la política.
En un mundo cada vez más individualista, el mensaje de Perón resuena con fuerza, instando a los jóvenes a apoyar a los demás, a construir redes de colaboración y a trabajar juntos por objetivos comunes.
En un contexto de crisis climática, desigualdad económica y conflictos sociales, sus enseñanzas sobre justicia social, solidaridad y soberanía adquieren una nueva relevancia. La juventud del nuevo milenio enfrenta la tarea de reimaginar y construir un mundo más justo, utilizando los principios peronistas como guía.
Juan Domingo Perón dejó un legado que trasciende generaciones. Su mensaje a la juventud del nuevo milenio es un llamado a la acción, a la participación y al compromiso con los valores de justicia social y solidaridad. Los jóvenes tienen en sus manos la capacidad de transformar el mundo, y las enseñanzas de Perón ofrecen un camino hacia un futuro más equitativo y humano.
30-6-24