Los intelectuales suelen decir «los políticos surgen de la misma sociedad, por lo tanto son el reflejo de ésta» de lo que se desprendería que los argentinos somos corruptos, que luchar por el bien común es un mero enunciado, que tenemos un doble discurso y sobre todo queremos hacer negocios con lo que es propiedad de la comunidad, como hacen algunos políticos. ¿Será verdad?

Hay una minoría en el país que seguramente es así, una minoría que tampoco es un número muy pequeño de personas, sino no, no hubiera ganado el Pro con Mauricio Macri a la cabeza en Capital Federal y probablemente gane Daniel Scioli la Gobernación en la Provincia de Bs.As.

Entre las tantas cosas buenas de la democracia, es que ahora se pueden ver documentales que le permiten a cientos de miles de argentinos conocer parte de historias que no sabían de su existencia, por lo tanto muchas personas puede entender porque desde el derrocamiento de Irigoyen en 1930 hasta la fecha, hayan gobernado el país ciertos «personajes» o comprender como nació el movimiento peronista, pero también haciendo una revisión histórica a través de ese material, se puede observar que todos los gobiernos democráticos o de facto han tenido un común denominador, respondieron y responden a un sistema político vertical, por eso nada cambia.

Nadie se pregunta porque nunca se desarticuló este sistema de gobernabilidad verticalista o porque ningún gobierno intentó al menos mostrarle a la gente los beneficios de otros sistemas, obviamente porque no les conviene, por eso la gran masa argentina sigue cual manada a la yegua madrina, que, con su melodioso repicar de campana continúa llevándolos hacia.... la NO consolidación de un pueblo serio, maduro y unido.

Podría comenzar diciendo que los políticos deberían ser mejores aunque salgan de la misma sociedad anestesiada en la que viven, ellos se han preparado para ser «diferentes» y «hacer cosas diferentes» de lo que «hace y piensa» la mayoría que vive en la ignorancia; pero lo real es que un político puede ser un buen político aunque no se haya formado como politólogo y sea parte de esta sociedad, porque hay valores que no se aprenden en ningún claustro de estudios, y sí, los pueden tomar de muchos que conforman la sociedad de la que salió, el más importante: ser buena persona.

Aunque parezca algo muy simple lo que estoy diciendo, no es así, porque se puede ser gobernante sin ser buena persona, en tanto que para ser buen gobernante es imprescindible ser buena persona, solo así se logra llevar a la práctica acciones tales como: defender los intereses del pueblo a través de una propuesta de trabajo basada en buenos proyectos; no dejarse coimear; tener el coraje para enfrentar a los ricos que quieren seguir viviendo a costillas de la explotación del hombre por el hombre; denunciar o separar a los corruptos de sus funciones; repartir lo que el país tiene entre todos los argentinos en forma equilibrada, como hace una madre en su casa con los hijos cuando hay poco para comer. Quien es buena persona, con o sin la capacitación que recibió en la universidad, seguramente será un muy buen político, de lo que se desprende que si hay malos gobernantes, es porque no son buenas personas.

Tal vez hoy suene ridículo rescatar esta virtud en el siglo XXI donde solamente uno «vale» si posee muchos bienes materiales. ¿Será por eso que los ciudadanos cuando ocupan cargos en las distintas instituciones o empresas se olvidan que las armas, la iglesia, el dinero y la política, solo son los medios para alcanzar buenos objetivos y no para llenar sus arcas personales? ¿Acaso los militares no saben que sin armas nos serían tales? ¿Qué los dueños o patrones no existirían sin los obreros esclavizados? ¿Qué los curas no podrían ser misericordiosos sin la mayoría de los fieles que creen en Dios? por último, los políticos no podrían gobernar sin esa gran masa de votantes que confiaron en ellos. Una masa que «no se da cuenta» que el país se construye con el compromiso de cada ciudadano, porque además de elegir a un político para el «sillón» debe seguir vigilándolo en cada una de sus acciones o propuestas, por lo tanto somos responsables de todo lo que se hace mal, tenemos derechos a controlar, a exigir y a que nos rindan cuentas de todos sus actos, pero esto no se lleva a la práctica porque los ciudadanos comunes ( como nos llaman ellos) también cometen errores, entonces cada vez que alguien quiere levantar la voz en defensa del bien común, está el cura, el Papa o el lúcido enemigo recordándole lo que dijo Jesús «Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra» se lo hacen sentir de manera tal que a la hora de exigir pesa tanto en esa persona, que la paraliza, la culpa no la deja actuar y el miedo la atornilla a su banco, lo único que sabe hacer es llorar cuando un hombre como René Favaloro se suicida, pero no por entender el motivo de su muerte, sino porque le angustia pensar ( en este caso) ¿quién me va a salvar si me enfermo del corazón?

Una vez más la comunidad se encuentra a la espera de que políticos que ocupan un lugar de poder otorgado por el voto popular, respeten vivir en democracia donde las reglas de convivencia deben ser cumplidas permitiendo así, que el sol salga para todos.

NdR:
Esta nota la escribí en junio de 2007 pasaron 16 años  y en el Partido de La Costa  no estamos mejor, al contrario, hay localidades con menos playas para los turistas que nos visitan, hubo empresarios que terminaron adueñándose de espacios que  “eran  de todos” como ocurre con Lago Escondido propiedad de  Joe Lewis en Neuquén, bueno al menos acá pagando una entrada podemos  subir a El Faro….mientras tanto continuamos sin tener agua potable ni una Planta de Reciclado para la basura….en fin, mejor termino acá la lista porque si no van decir que  soy una periodista opositora, cuando en realidad no solo defiendo la democracia, sino  más bien los derechos  de todas y todos los costeros.

Pasados estos 16 años, actualmente tengo  muchos ejemplos para dar de malos políticos: Mauricio Macri quien con su pedido de prestamo al FMI  nos fundió de por vida.... de Larreta, Vidal (M.E.)  Cornejo,  Milei, Insaurralde, en fin la lista es larga, pero también hay muchos que son honestos y trabajan para que tengamos un país soberano y  del cual sentirnos orgullosos, como fueron y son:  Irigoyen,  Perón, Illia,  Alfonsiín, Néstor, Cristina y hoy Axel Kiciloff, Alicia Kirchner, entre otros

Antonieta 1-10-23