El sábado 24 de agosto, Santa Teresita fue sede del Día del Lector, un evento organizado por la filial La Costa de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y el Centro Cultural de Escritores del Partido de La Costa, con el respaldo de la Subsecretaría de Cultura. La celebración se llevó a cabo en el Espacio Expositivo Carabela, con entrada libre y gratuita.

José María Caracuel, presidente del Centro Cultural de Escritores de La Costa e integrante de SADE La Costa, dialogó con Faro Noticias sobre esta actividad. “Expusimos 23 trabajos de escritores de La Costa, la mayoría poesía y algo de prosa. También se exhibieron obras de Julio Cortázar, Luis de Góngora, Raúl González Tuñón, Alfonsina Storni, José Martí, Federico García Lorca, Leónidas Barletta, Oliverio Girondo, José Hernández, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo, entre otros. Además, se presentó una serie de fotografías de grandes escritores y personajes de las letras como Simone de Beauvoir, Roberto Arlt y Nicolás Guillén, entre otros grandes escritores de todas las latitudes y épocas”, expresó Caracuel.

El Espacio Expositivo Carabela estuvo abierto y fue visitado a partir de las 13 horas, y la actividad se extendió hasta aproximadamente las 16 horas. En el espacio también se expusieron libros de escritores de La Costa y se dieron lugar a lecturas. Muchos de los autores presentes leyeron sus poemas o textos favoritos. “Todos los comentarios que recibimos fueron positivos”, concluyó Caracuel.

El Día del Lector en Santa Teresita no solo celebró la literatura, sino que también reafirmó la importancia de la cultura como un espacio de encuentro y reflexión. En un mundo donde la inmediatez y la tecnología dominan gran parte de nuestras vidas, este evento nos recordó el valor de detenernos para leer, escuchar, y compartir historias que trascienden el tiempo y el espacio.

La participación de escritores locales junto a la obra de autores consagrados subraya la idea de que la literatura no es un ámbito exclusivo de los grandes nombres, sino un terreno fértil donde tanto la voz del consagrado como la del emergente pueden florecer y resonar. Este tipo de iniciativas promueven la construcción de una identidad cultural fuerte y diversa, donde las historias, sean locales o universales, encuentran su lugar.