El plan en marcha desde la Secretaria de Turismo de la cual depende la Dirección de Desarrollo sostenible es reconstruir el ecosistema utilizando para la reforestación la especie nativa denominada “Aguaribay” (shinus Molle) que se transformará en un árbol de gran valor ornamental ya que sus hojas son perennes, su corteza rugosa y con un frondoso dosel y quienes tienen a su cargo llevar adelante la tarea son: Yamila Cuenca y Romina Soto.
Hojas y frutos para la cocina y la infusion
Se lo conoce como falso pimiento porque sus frutos son negros y se los utiliza como condimentos en algunas comidas. Nos ampliaba Romina Sosto “serán àrboles llamativos por sus hojas verdes brillantes, sus ramas extendidas y flores de un amarillo pálido que adornan y emiten una delicada fragancia. Luego las flores se transforman en racimos de bayas rojas durante gran parte del año. Un atractivo para los turistas que guardaran recuerdos bajo sus sombras, concluye Romina poniéndole el toque poético al crecimiento y cuidado que se les está entregando diariamente.
El Aguaribay es resistente a la sequia, a suelos pobres, pero lo que habrá que esperar es que nunca nos falte el sol, ya que como todos los costeros, el árbol y yo sabemos que la vida y la prosperidad la entrega el sol. Durante el invierno con pequeñas podas se sacaran las ramas dañadas.
Esta especie, de producción propia y local será la base de un ecosistema que comienza en el acceso a Mar de Ajo y por el centro de la Avenida llega hasta la calle Rico.
En ellas encontraran refugios aquellas aves cuyos gorjeos se habían perdido, brindando refugio y nidos, volverá la fauna a contar con alimento, y gran cantidad de polinizadores serán las aliadas para frenar el cambio climático, devolver la sombra, y que surjan aquellos cuidadores de cada árbol como la canción de Alberto Cortez, en donde “mi árbol yo” sea la convivencia para cada vecino …
Desde distintos comercios y viviendas sus pobladores aguardan que prospere el desarrollo del manto verde en las plazoletas que continúan hacia el mar, recuperando las memorias de flores y verdes autóctonos de los países que engalanan al Monumento de San Martin y el Mar. Y que el visitante recorra y descubra a cada paso fragancias y recuerdos, hasta finalizar la Avenida San Martin, el frontón y/o playón contra el Mar, a la derecha la oficina de Turismo y apelando a la fantasía de la marea y las olas el naufragio del Margaretha, bergantín de 572 toneladas encallado en septiembre de 1880 donde en cada gran bajante el visitante espera ver e entre las cuadernas su misterioso cargamento...
fuente: opiniondelacosta.com.ar 9-11-24