A pesar del frío de la noche,  como siempre los amigos, vecinos,  el Secreterio de Desarrollo  Alejandro La Regina, Alberto Linares de la Comisión por la Memoria y familiares acompañaron la marcha y  el acto en 29 /3 y Diagonal Darío Jerez éste 2024.

Luego de escuchar 3 canciones en la voz de Flor Arán  acompañada en guitarra por Federico Galetti, hizo uso de la palabra Julián , el hijo mayor rodeado de Joaquín, Germán, Viviana Zubiaurre y  dos de las nietas (Felicitas y Helena)

JULIAN:

"Vemos con mucha preocupación cómo van tomando fuerza los discursos individualistas y de odio a lo distinto y a lo rebelde, que generan pobreza y que se parecen muchísimo a los que estaban de moda en octubre de 2001. Para hacerle frente a eso, cuando el tiempo se pone oscuro lo primordial es juntarnos, espalda con espalda, ayudando a los más débiles o a los perdidos.

Nos juntamos acá cada 25 de octubre porque, a riesgo de sonar reiterativos, tenemos que contar que en ese contexto de 2001 un trabajador de 40 años, esposo de una maestra jardinera y padre de tres nenitos; hijo, hermano y tío de trabajadores rurales, que no recuerdo se haya tomado vacaciones alguna vez porque la plata nunca alcanzaba, salió a trabajar como todos los días y nunca volvió a su casa. Lo esperamos, salimos a buscarlo por todos lados, y nada. Era jueves, llovía, y lo habían desaparecido.

Juan José Jerez, el cholo, fue el padre de Darío y murió joven a finales de los 90. Isabel Suarez, la madre de Darío, nuestra abuela, murió hace poquito más de un mes a unos días de cumplir 87. En uno de esos entresueños mientras estaba en el hospital le dijo a Vivi que si ella se tenía que morir, se iba a morir tranquila porque a donde sea que fuera iba a encontrarse con Darío. Los que tuvieron la fortuna de conocer a mi abuela saben que ella fue siempre puro corazón, y a nadie le sorprendió que lo que se le cagara fuera eso, si ella era todo un corazón. Lo rompió como a las alpargatas que se usan mucho.

En 2013 declaró en el juicio por la desaparición de su hijo. Fuerte como un roble y hablando despacito, fue la única  persona que en su declaración se preocupó por “los chiquitos” de los imputados. Una vieja todo dulzura. Buscando a su hijo no perdió nunca la humanidad.

Darío desaparecido nos quedó eterno, pausado en esa imagen de 40 años, con la sonrisa de siempre mostrando los dientes, pero el tiempo nos pasa a todos los que quedamos. Isabel, entonces, se sumó a la lista de los que se nos mueren con la espina de no saber qué hicieron con Darío. Y no hay lágrimas que alcancen a llenar el vacío que se siente.

Sentimos, por esto, que les debemos unas disculpas. Este ha sido un año difícil. El acto es más pequeño que años anteriores, tenemos paredones por pintar que todavía no pintamos, charlas que todavía no dimos, movidas pendientes. Este año ha sido difícil para todos. Pero recordamos a Darío para que la historia no se repita y no le tenga que pasar a nadie más.

Muchos de los que estamos acá conocimos a Darío y a su historia, porque la vivimos. Pasaron 23 años y la población de La Costa creció muchísimo. Muchos de los que estamos acá no conocieron a Darío, porque no habían nacido o porque vinieron de otros lados. Muchos que no están hoy acá desconocen qué vivimos. Esa gente también tiene que conocer quiénes son los caranchos impunes con los que puede cruzarse todos los días.

Acusados por el encubrimiento de la desaparición de Darío fueron a juicio 5 personas: Jorge Grande, Cristian Ibarra y Daniel López (el papá del actual concejal del mismo nombre) eran funcionarios municipales, además de Alejandro Muñoz y Carlos Subirol.

La Comisión Provincial por la Memoria combate la impunidad y presentó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. No vamos a descansar hasta que se realice nuevamente el juicio que les garantizó la impunidad por más de 23 años. Vamos a llegar a la justicia.

Trabajamos todos los días por la memoria, la verdad y la justicia. Hace un par de años me cayó la ficha de que puedo llegar a morirme sin saber qué fue lo que hicieron con Darío. La derrota se me estampó en la nariz. Vi al árbitro pitando el final sin haber podido atajar un penal. Y la pregunta que se vino fue ¿Para qué seguir? Y la respuesta fue que no hay por qué. Hacemos lo que hacemos porque tenemos que hacerlo, no entendemos otra manera de vivir. No nos resignamos a morir sin hacer ruido. Nos formamos en espacios solidarios, y no queremos monopolizar la memoria de los dolores del pueblo. Solo somos un granito más de arena. Un puñadito. Un médano en un montón de médanos. Peleamos y pelearemos hasta el fin por recordar a Darío pero formando parte todas las luchas que surjan contra las injusticias. No queremos que todas las paredes del pueblo estén buscando a Darío, queremos que todas esas paredes griten contra las injusticias. Lo que no queremos nunca es un pueblo callado, indiferente, individualista y cobarde.

Todos acá tenemos que ser conscientes que estamos siendo los actores y actrices de la historia de nuestro pueblo. Que los dolores del pasado no se pueden cambiar y no van a dejar de doler, pero podemos mejorar el futuro y eso se hace desde ahora. No le desaparecieron a Darío a su familia, se lo desaparecieron al pueblo. Tenemos que lograr entre todos que los que saben qué pasó con Darío se lo cuenten a alguien. Necesitamos hacer del futuro un lugar mejor, en el que valga la pena vivir.

Los discursos individualistas son tierrita fértil para las desapariciones impunes. Tenemos que resistir esa crueldad. Tenemos que gritar fuerte para espantar a los caranchos desaparecedores que nos cagaron el pasado y nos quieren cagar el futuro.

Darío PRESENTE... ahora y siempre!!!

Acompñaron los medios de comunicación: AVC  Canal 2; TVC 5 ; diario web: deltuyunoticias.

AMPLIAREMOS  NOTAS CON VIVIANA Y JOAQUIN.

25-10-24