Dejó las llaves puestas en el vehículo, su suéter amarillo en el asiento del acompañante, un paquete de galletitas y el cargador del celular en el piso.
Al salir del comercio -propiedad de José Stoll- se encontró con un hombre con el que conversó durante unos minutos para luego subirse a su auto y aguardar una hora dentro de él. Detrás suyo estacionó otro vehículo con dos personas a bordo. Eso fue lo último que se supo de él.
Recién en el año 2013, luego del paso por la causa de 5 fiscales, se llegó al juicio oral en la jurisdicción de Dolores donde fueron imputadas seis personas: cinco por encubrimiento agravado y otra por falso testimonio.
Tres de ellos eran ex funcionarios del municipio del Partido de la Costa mientras que los dos restantes se desempeñaban como gerentes de una financiera (llamada Tarjeta COMPRAR) que, de acuerdo a la causa, mantenía una deuda con Jerez.
Aunque el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, recabó información suficiente para sospechar que los funcionarios municipales aportaron datos falsos a la causa “con el fin de ayudar a los autores materiales del hecho”, la causa no prosperó.
El fiscal les atribuyó una relación con la financiera y además los acusó de haber armado un plan que incluyó obligar a un hombre con problemas mentales a declararse culpable del hecho. Otros de los imputados era Alejandro Muñóz, quien negó haber tenido contacto con Jerez a pesar de que varios testigos le atribuyeron el ser la persona con quien habló antes de desaparecer y la señal de su celular lo ubica en el lugar de la desaparición.
Tras un mes de audiencias y 184 testigos, el Tribunal Oral Penal N° 2 de Dolores absolvió a todos por no poder acreditarse el delito base, la desaparición forzada.
Los acusados de encubrimiento agravado durante el proceso fueron Jorge Grande, ex secretario de Gobierno del entonces intendente Guillermo Magadán; el ex concejal Daniel Claudio López; el ex jefe de inspecciones, Cristian Ibarra; y los empresarios vinculados a la Tarjeta COMPRAR Alejandro Muñoz y Carlos Subirol. Mientras que Leandro Alzugaray (ya fallecido), que la familia de Jerez señaló como quien “hacía los trabajos sucios para Grande”, fue imputado por falso testimonio.
Los jueces fueron en contra de los fiscales a cargo de la causa en ese momento, Diego Bensi y Diego Torres. Ellos habían solicitado que se condenara a los gerentes y a los funcionarios a cuatro y tres años y seis de cárcel, respectivamente, por el delito de encubrimiento agravado.
Bensi y Torres aseguraron que, a pesar de que el cuerpo de Jerez nunca fue hallado, había indicios conducentes para tener por acreditado el homicidio y que los imputados ayudaron al autor o autores del crimen a eludir las investigaciones.
No obstante, el fallo fue apelado por la fiscalía y por la esposa de Jerez, que consideraron que en el debate oral se había hecho una valoración “absurda” de la prueba. La sala IV del Tribunal de Casación Penal les dio la razón y ordenó un nuevo juicio “con la premura que el caso amerita”.
La decisión fue confirmada por la Corte Suprema bonaerense en mayo de 2016 y ahora, ante el pedido del fiscal Bensi, el ministerio de Seguridad de la Nación dispuso el año pasado una recompensa de $500 mil para quien aporte datos para esclarecer el hecho. Sin embargo, todavía nadie se presentó.
“Esta causa es emblemática en el Partido de La Costa. Esto se debe a que las personas que fueron señaladas como responsables y que son las que tienen la información de qué fue lo que pasó con Darío se han encargado en estos 20 años, con su poder político y su dinero, de poner palos en la rueda en el accionar de la justicia”, señaló a Infobae Viviana Jerez, la mujer de Darío.
A pesar que la familia obtuvo dos instancias favorables para que el juicio que tenían en el banquillo de los acusados a esas personas volviera a realizarse por “incorrecta valoración de la prueba”, indicó Viviana, “ellos presentaron escritos y recursos que hicieron que se demorara el comienzo del nuevo proceso y finalmente la causa prescribió”.
Actualmente, Daniél Claudio López y Jorge Grande continúan vinculados a la política. Son los armadores y financistas políticos de la candidatura del hijo de uno de ellos, Daniel “Dani” López de Gaetano, quien encabeza la lista que ganó la interna de JUNTOS local. Son la conducción oficial de la UCR local.
Ahora solo está activa la causa de la desaparición forzosa. “Esa sí se está investigando pero contamos con la dificultad de que el paso del tiempo ha hecho que algunos testigos fallecieran y que se haya perdido documentación de la comisaría”, relató la mujer al referirse a una misteriosa visita de Darío a la dependencia policial de Santa Teresita días antes de su desaparición.
“Mi marido había ido a hablar con un policía llamado Aguirre, con quien compartía actividades relacionadas al fútbol infantil en el Club Social y Deportivo de Santa Teresita ya que eran los organizadores de los partidos”, recordó Viviana. Y agregó: “Si él fue a darle aviso de algo, de que se sentía amenazado por alguien, eso no lo sé. Lo curioso es que el policía declaró que no recuerda esa visita a la comisaría cuando yo fui con él, me quedé sentada en el auto esperando y sé que hablaron durante más de 40 minutos”.
Al negar ese encuentro, nunca se supo para qué Jerez concurrió a la comisaría. ¿Se sentía amenazada por alguien, quizás? “No sé qué le pudo haber ocurrido. Tal vez ellos (los imputados en el juicio que prescribió) pensaron que podía haber escuchado o visto algo que los comprometía. Darío era una persona de campo, sumamente solidaria y hasta quizás pudo haberles llevado algún paquete en su auto porque él solía hacerle favores a los vecinos ya que andaba todo el día en la calle. A nadie se lo traga la tierra. Mi marido no tenía deudas, no tenía enemigos, era una persona normal, un buen hombre, buen marido, buen padre”, aseveró la esposa del desaparecido a pocos días de cumplirse 20 años de la última vez que lo vieron con vida.
Para que el reclamo de justicia siga vigente, los familiares y amigos de Darío Jerez organizaron una marcha para este lunes 25, a las 19.45 horas, que partirá de las calles 32 y 8 y finalizará en la esquina donde desapareció, en 2001.Desde ese día, la familia Jerez lleva realizadas más de 700 marchas del silencio, las cuales salían de la puerta de la Iglesia, pasaban por la comisaría para entregar un petitorio y continuaban en contramano por la calle céntrica de Santa. Se hacían religiosamente todos los jueves. Pero este año, optaron por hacer una “marcha activa”, con música, baile y la proyección de un video conmemorativo. Viviana será la única oradora del acto.
Fuente: Infobae
22 de Octubre de 2021
cruth@infobae.com