Iara comenzó a jugar en Cosme Argerich a los 14 años. Con el acompañamiento del DT Santiago Jorge, fue progresando hasta convertirse en titular. El año pasado tuvo la oportunidad de probarse en Quilmes y fue seleccionada entre 65 jugadoras para incorporarse a la Reserva.
Así, Area debutó frente a Defensa y Justicia, saliendo desde el banco de suplentes, y al siguiente partido ya fue parte de la alineación inicial. Gracias a su buen nivel, y tras marcar dos goles con la camiseta de Quilmes (frente a Berazategui y a Los Andes), fue convocada a sumarse al plantel de Primera, con el cual comenzó a entrenar esta semana.
«Mi sueño de jugar al fútbol comienza desde que era niña pero en el pueblo no había fútbol femenino: era una de las nenas que jugaba con los varones en la canchita del barrio. A los 14 años me pude presentar en el Cosme Argerich, el club que amo y me formó personalmente y futbolísticamente más aún», comentó Iara.
«Al principio todo costaba, mi DT Santiago Jorge me ponía en el banco porque era muy chica y mi contextura física, igual. Con el correr de los años me fui ganando mi puesto. Viví muchas cosas en el club, tuve mis altos y bajos, pero nunca bajé los brazos», agregó la futbolista de San Clemente.
Sobre su llegada a Quilmes, destacó la alegría de haber superado la prueba que le permitió incorporarse al club, donde pronto se afianzó en la Reserva: «Mi DT Xoana Rojas tuvo confianza en mí y me dio la capitanía. En diciembre llegó un nuevo cuerpo técnico a la Primera y todo nuestro plantel tuvo que ir a una prueba para que nos vieran. Seleccionaron a tres y una fui yo».
«Fueron tres meses de mucho esfuerzo, constancia y voluntad para poder estar hoy donde estoy. Un orgullo total el tan solo pensar hasta donde se puede llegar si la meta es clara y si realmente uno lo anhela tanto», concluyó.
La importancia de los clubes
El crecimiento de Iara Area no hubiera sido posible sin el acompañamiento que encontró en el club Cosme Argerich de San Clemente.
«Iara llegó al club cuando tenía 14 años. Nos hicimos responsables de ella junto a otras nenas. El primer torneo pudo jugar muy poco tiempo ya que teníamos solo Primera, pero de a poco se fue formando. Ella vivía con su tía, nos hicimos cargo de llevarla y traerla a cada entrenamiento durante más de medio torneo para que no deje de jugar. Así fue creciendo como persona y como jugadora, a llegar al punto que pudo debutar en Primera con 14 años», recordó con orgullo su entrenador Santiago Jorge, quien incluso se encargó de llevarla a la prueba en Quilmes.
