Ayer hubo brutal represión que dejó el saldo de heridos y detenidos porque hubo otra movilización contra la misma ley; desde ese momento Buenos Aires está sitiada, militarizada con más de mil efectivos de policía y gendarmería, escudo contra escudo como para que ni una mosca pueda “filtrarse”. Carros hidrantes, perros, colectivos, carros de asalto, por supuesto todo pago por el esfuerzo del pueblo, se sumaron al cotillón del espanto, listos para reprimir a medida que las
horas avanzaban y las multitudes se aglomeraban en un número pocas veces visto.
Hoy
El impresionante despliegue de fuerzas de “seguridad” amaneció rodeando la ciudad y sobre todo la zona del congreso nacional donde se pariría este nuevo atropello contra uno de los eslabones más frágiles de la sociedad, los jubilados.
Quedaron apostados desde ayer, (no se cansan de reprimir) anticipándose a lo que sería el día de hoy, 14 de diciembre, cuando se apruebe el recorte que quitará unos 100 mil millones de pesos anuales a jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.
En este momento 3 de la tarde y desde hace aproximadamente una hora, se desencadenó otra tremenda represión, el pueblo se dispersa pero no se retira sino que enfrenta ese terrible ataque de las “fuerzas del orden” que olvidan que en algún momento serán jubilados o son hijos de trabajadores pasivos.
Dentro del congreso se produjo un escándalo ya que no había quorum para llevar adelante la sesión y el gobierno pretendió
sesionar de todas maneras, cosa que se impidió desde adentro.
La represión se agudiza, el pueblo desarmado no cede porque está presentando batalla ideológica movido por su conciencia y por los derechos que ningún gobierno y bajo ningún concepto debería atropellar.
Policía y gendarmería, útiles a los poderes fácticos (estamos en condiciones de hablar de poder fáctico, (algo inédito desde hace muchos años), carentes de moral, asalariados también, continúan tratando de imponer orden a fuerza de balas, gases lacrimógenos y odio; propio de los desclasados dentro de un sistema que ya hemos visto cómo los abandona cuando dejan de hacer falta o cuando lo ordenan de afuera.
Así fue como actuaron con los 44 tripulantes del ARA San Juan ya que todavía nadie fue capaz de decirle a los familiares, cuál fue el destino de los suyos.
Y aclaramos, para los nostálgicos de épocas infaustas que pretenden reinstalarse en este 2017 que se muere lleno de vergüenza, ACA NO HAY GENTE CON PALOS NI CARAS TAPADAS, la movilización fue justa y pacífica.
En las calles de mi ciudad hay un escándalo, pero nuestros viejos no están solos. El estribillo que retumba saliendo de las entrañas de un pueblo que se va cansando, pero que sabe convertir en consigna la bronca y el desprecio, grita como
para que nadie lo dude: “Unidad, de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”
Hoy al menos, se jodieron.