Ana María Careaga

“El ejercicio de la memoria,  es aquel por ejemplo cuando escuchaba a las chicas del Centro de Estudiantes lo que decían cuando reivindican a  esa generación de la noche de los lápices que es la generación de las y los jóvenes que se están formando comprometidas, fue una generación privilegiada, cuando recuerdo a esa, nuestra generación, que a mí me honra haber sido parte de esa generación y también como Mónica me emociono y siempre digo también que no tenemos que perder el privilegio de conmovernos frente a lo que es digno de conmoción y lo que hemos vivido como sociedad, todo el dolor y el horror pero también la lucha y el compromiso generoso de esos jóvenes, de esas jóvenes son conmovedores y tenemos que recuperar algo de esto, cuando los escuchaba y me enteraba decía antes de todo lo que están haciendo acá, de lo que hicieron ustedes con  este álbum que es tan valioso porque toma las herramientas con las que están familiarizados las chicas, los chicos y a partir de eso nos cuentan la historia, estas figuritas que son nobles figuritas, podemos decir porque son las figuras que honraron a nuestra generación, y entonces respecto del ejercicio de la memoria en un principio fue cómo instalar la historia y la memoria por algo será, algo habrán hecho, decían los genocidas.”

 ¿Qué hicieron las madres luego? En un primer momento ellas mismas dicen: nosotros no estábamos de acuerdo con lo que hacían nuestros hijos lo desconocíamos, teníamos miedo, después empezaron a interiorizarse de las luchas de sus hijos empezaron incluso a abrazar, a ser solidarias con esas luchas a abrazar otras causas no solamente la búsqueda de sus hijas e hijos de las que nunca se apartaron, pero incorporaron otras causas, otras luchas en relación al Estado de Derecho y al acceso a derechos, cuando con el advenimiento del Estado de Derecho podemos decir que otra de las frases que de alguna manera representaba a la -entre comillas opinión pública- con el conocimiento de los testimonios fue qué terrible, qué horror, no sabía nada ese yo no sabía nada tiene el estatuto de un saber no sabido, tiene el estatuto de un secreto de familia, si  tomamos  a Primo Levi que analiza lo que fue la sociedad de la Alemania Nazi él decía que la sociedad alemana no quería hablar del tema , el que era interrogado decía no saber o no contestaba entonces él saca la conclusión de que la sociedad alemana no quería saber y dice, es más, “quería no saber” parece un juego de palabras pero no es lo porque el querer no saber es una posición activa, una decisión y una responsabilidad y es importante que nosotros, nosotras podamos interpelarnos no solamente respecto a la época de la dictadura sino cómo efectivamente somos hablados desde que nacemos por el otro, la otra, de los primeros cuidados cuando un bebé llora quién sabe lo que le pasa hay alguien que dice lo que le pasa y a partir de ahí podemos decir que nos constituimos subjetivamente alienados a un otro que en términos psicoanalíticos es el otro de la cultura el otro del lenguaje.

 Ahora, cuando somos adultos podemos interpelar eso ahí decidimos qué del deseo de nuestros padres nos representa o no, podemos abrazar ese deseo o diferenciarnos de ese deseo y ahí nos constituimos como sujetos responsables precisamente estamos asistiendo a una época en que estamos siendo hablados de una manera obscena y abusiva por esos discursos que antes en otras épocas eran discursos velados ahora son discursos sin velo en otra época, por ejemplo en una época electoral las disputas respecto de los discursos eran discursos progresistas no sabíamos si todos iban a hacer lo mismo que decían, pero en este momento estamos asistiendo, neoliberalismo mediante no solamente acá en la Argentina en todo el mundo a discursos de odio que reivindican lo peor de la condición humana reivindican la tortura reivindican la muerte reivindican el crimen, algunas de las expresiones son las bolsas mortuorias, que en su momento se exhibieron en la Plaza de Mayo las guillotinas las imágenes de fotos de referentes del campo de la política y de los derechos humanos en el baúl de un Ford Falcon, el atentado a la vicepresidenta los discursos que todo el tiempo reivindican estas prácticas de las dictaduras que son negacionismo hay todo un debate, son negacionismo pero también son apología del delito.

Cuando se fue recuperando el Estado de Derecho si una persona reivindicaba el crimen era denunciada por apología del delito porque eso es un delito reivindicar el crimen en este momento tenemos personas que representan a ciertos sectores de la sociedad que los han votado que están dentro de los poderes del Estado y por ejemplo les cuento una anécdota fuimos con Norita Cortiñas a la reunión de la Comisión de Presupuestos en donde se estaba tratando la denuncia de juicio político a la corte y estaba la diputada Villaruel, le preguntaron qué opinaba de la presencia de Nora Cortiñas en el Congreso y dijo “que se deje de defender terroristas” fíjense donde nosotros tenemos una persona que nos representa, que nos honra como las Madres de Plaza de Mayo el mejor patrimonio de esta sociedad que sea repudiada por personas que están dentro del Congreso eso es apología del delito; es lo mismo que pasó en la legislatura,  quería tomar que hay determinadas frases que representan ciertas representaciones de la llamada opinión pública que durante el menemismo fue bueno, hay que olvidar, mirar para el futuro y fíjense que durante el menemismo uno de los modos de saludarse entre los chicos, entre las chicas era ¿qué tal? ¿cómo estás? y el otro contestaba todo bien, sin historia, ustedes que estudian historia, ¿se puede vivir sin historia? es imposible vivir sin historia.

Bien  esto es lo que está pasando ahora, se está tratando de borrar una historia que fue restituida como texto en el relato en el texto, en el contexto de la historia Argentina eso se está tratando de borrar se está tratando de destruir los puentes los lazos con las generaciones más jóvenes y aquí quiero referirme porque hay algo que de alguna manera nos identifica cuando a mí me secuestraron yo tenía 16 años, estaba embarazada me llevaron al centro clandestino de detención, tortura y exterminio conocido como Club Atlético, es a partir de mi secuestro y también del secuestro de mi cuñado Manuel Carlos Cuevas que mi mamá se une a las madres de Plaza de Mayo cuando empezaba en todo este recorrido que les decía bueno, que ustedes abrazaron la causa de Ester y reivindican esta frase que ella dijo cuando a mí me dejaron en libertad, que las madres le dijeron ¿qué haces vos acá si ya recuperaste a tu hija? y ella dijo, yo voy a seguir hasta que aparezcan todos porque todos los desaparecidos son mis hijos que da cuenta precisamente de esa lucha que había dejado de ser una búsqueda individual que la incluía pero que había pasado a ser una lucha colectiva esas madres que pasaron de buscar cada una de ellas a sus hijos y a sus hijas y fundaron una maternidad colectiva pasaron de ser madres con minúsculas a las madres con mayúsculas por eso tienen bordado el nombre de su hijo y su hija porque lo incluyen en esa búsqueda pero es todas por todos y todas en ese contexto cuando a mí me secuestran esto lo quiero compartir con ustedes porque va al corazón al hueso de lo que nos está pasando que es la cuestión de la condición humana.

Colonización de la subjetividad

¿Cómo operan sobre la subjetividad de la gente? Esto que se ha de llamar la colonización de la subjetividad ¿cómo operan sobre la cabeza de la gente? Cuando estaba ahí y tengo la imagen con los ojos vendados, cadenas en los pies todos agarrados de los hombros del de adelante porque nos llevaban en un trencito, torturándonos, todos lastimados, en condiciones infrahumanas de vida, me pregunté ahí, cómo puede ser que existan seres humanos capaces de hacer esto, de agujerear al otro, de torturarlos, de violarlos, de abusar, podemos agregar, de apropiarse de sus hijos, de arrojar a las madres con vida al mar, cómo puede haber gente así, cómo puede ser esto parte de la condición humana, pues lo es, si nosotros no estamos advertidos de esto, nos va a volver a pasar una y otra vez, es cierto que hay procesos históricos que son cíclicos, que se repiten, pero nuestra responsabilidad es interpelar eso, porque la representación del mal precisamente viene de la mano de la banalidad del mal, y esto es lo que nos está pasando hoy como sociedad. ¿Cómo contrarrestarlo? Por supuesto, nadie tiene la receta, pero lo que a mí me honra es estar acá porque esta es una de las formas de contrarrestarlo, esto que hacen ustedes, este álbum es una forma de contrarrestarlo.

A las redes nos llega todo, nos llega hasta el fútbol, pero no nos llega la información sobre derechos humanos, bueno, esa red hay que volver a atenderla y es esto, que en estos institutos los jóvenes de todas las disciplinas, como decía la directora, de manera transversal, de todas las disciplinas, porque los derechos humanos y la defensa de los derechos humanos tiene que ver con la posición ética de cada persona, cada persona que va a enseñar y que va a transmitir lo hace desde una posición ética y desde la defensa de los derechos humanos, sea la disciplina que sea, para terminar, quería, y poder abrir a que podamos compartir, traje varias cosas, pero bueno, no quiero no quiero sacar tiempo para que podamos conversar un poco, quería dos cosas decirles, una, cómo define David Lucet, este autor sobreviviente de los campos de concentración del nazismo, lo que es el sistema concentracionario, dice:  ¨La muerte no infunde más que un escaso terror, las largas avenidas silenciosas, plenas de ahorcados irradian muy pocas inquietudes, la tortura permanente, transformada en una condición natural de ser, alimenta un temor extremadamente poderoso, los campos, por su sola existencia, edifican en la sociedad una pesadilla destructora, eternamente presente y al alcance de la mano, la muerte desaparece.¨, tomo una frase de Nora Cortiñez que dice la desaparición es el crimen de crímenes, que tiene dos connotaciones, una que efectivamente es el crimen mayor, pero otra, el crimen de crímenes, el crimen que mata a la muerte, la muerte desaparece, eso es la desaparición, la tortura triunfa, siempre viviente y activa, desplegada como un arco en el mundo aterrado de los hombres, pues no se trata solo de someter o imposibilitar cualquier oposición, el arma tiene una eficacia singularmente superior, los campos castran los cerebros libres, o sea, apuntan a los cerebros, apuntan a la subjetividad, y lo otro que quería era compartir con ustedes un concepto que cuando Lacan trabaja, que es un autor psicoanalista francés, analiza la tragedia de Antígona, analiza el concepto del héroe y dice que no los separa del hombre común, dice, no los distingo como dos especies humanas, en cada uno de nosotros existe la vía trazada para un héroe y justamente la realiza como hombre común, las madres se nombran a ellas como mujeres comunes, dicen, nosotros éramos mujeres comunes que salimos a la calle, bueno, ellas, podemos decir, desde esa posición, transitaron esa vía a ellas destinada a esa vía de heroínas y se convirtieron en heroínas de esta sociedad, por eso también el homenaje a las madres, a las madres cuyos cuerpos aparecieron en esta La Costa y a todas las desaparecidas y los desaparecidos  que  de alguna manera esta comunidad los cobijó y sigue luchando para restituirles sus nombres por la Verdad, por la Memoria y por la Justicia, muchas gracias.

 A.Ch. 15-9-23